La deuda conjunta de empresas y familias alcanza el 143,2% del PIB en este periodo, casi 12 puntos más que un año antes.
La riqueza neta de los hogares españoles e instituciones sin fines de lucro al servicio de los hogares se situó en el tercer trimestre del año en 1,55 billones de euros, lo que supone una caída del 2% respecto al mismo periodo del año anterior, según las cuentas financieras de la economía española publicadas este viernes por el Banco de España.
En relación con el PIB, los activos financieros netos de las familias españolas representaron el 135,9%, ratio que, en este caso, es 7,1 puntos porcentuales superior a la de un año antes, sobre todo debido a que el PIB retrocedió con más intensidad que el valor de estos activos.
A pesar de la caída de la riqueza, la deuda de los hogares españoles disminuyó un 1,1% en el tercer trimestre, hasta alcanzar los 701.000 millones de euros y representar el 61,2% del PIB.
Por su parte, la riqueza total de los hogares, antes de descontar su deuda, alcanzó entre julio y septiembre del año pasado los 2,31 billones de euros, un 1,8% inferior a la de un año antes.
El Banco de España explica que esta disminución se debe a revalorizaciones netas negativas, de 118.400 millones de euros, que se concentraron principalmente en el primer trimestre de 2020 debido a la caída del precio de los activos en los mercados financieros,
mientras que las transacciones fueron positivas, con una adquisición neta de activos financieros de 75.900 millones de euros en el último año.
En relación con el PIB, los activos financieros totales de los hogares e ISFLSH representaron un 201,7% a finales del tercer trimestre de 2020, 11 puntos porcentuales más que un año antes, debido al fuerte retroceso experimentado por el PIB.
Por componentes, el grueso de los activos financieros de los hogares se encontraba en efectivo y depósitos (el 42% del total), seguido de participaciones en el capital (24%), seguros y fondos de pensiones (17%) y participaciones en fondos de inversión (14%).
El efectivo y depósitos fue el componente que más incrementó su peso en los activos financieros de los hogares (en 3,7 puntos porcentuales) con respecto a un año antes, mientras que el peso de las participaciones en el capital fue el que más cayó (-4%), como resultado, fundamentalmente, del componente de revalorizaciones, que fue negativo.
DEUDA CONJUNTA DE EMPRESAS Y FAMILIAS
Las cuentas financieras muestran también que la deuda consolidada de las empresas y de los hogares e ISFLSH alcanzó 1,64 billones de euros en el tercer trimestre de 2020 (143,2% del PIB), por encima de los 1,62 billones registrados un año antes (131,3% del PIB). El repunte de la ratio de endeudamiento sobre PIB se debió tanto al aumento de la deuda (numerador de la ratio) como, en mayor medida, al descenso del PIB (denominador de la ratio).
El incremento de la deuda agregada es fruto de un comportamiento dispar de estos dos sectores, ya que la deuda consolidada de las sociedades no financieras aumentó desde los 913.000 millones de euros a 941.000 millones de euros, alcanzando un 82,1% del PIB (si se incluyese la deuda interempresarial, la ratio sería un 104,8%), mientras que la de los hogares e ISFLSH disminuyó un 1,1%, hasta los 701.000 millones de euros, el 61,2% del PIB.
Las operaciones netas acumuladas en los últimos cuatro trimestres, hasta el tercero de 2020, correspondientes a la financiación consolidada recibida por las empresas y los hogares e ISFLSH fue de 31.900 millones de euros, lo que representó un 2,8% del PIB. La financiación nueva captada en términos netos por las sociedades no financieras se elevó al 3,2% del PIB, mientras que la correspondiente a los hogares e ISFLSH fue negativa, equivalente al -0,4% del PIB.
Por último, las operaciones financieras netas de los sectores residentes (empresas, hogares, instituciones financieras y administraciones públicas) registraron en el tercer trimestre de 2020, en términos acumulados de los últimos cuatro trimestres, un superávit de 15.200 millones de euros, equivalente al 1,3% del PIB, frente al 2,4% observado un año antes.
Obtuvieron un saldo positivo los hogares (6% del PIB), las instituciones financieras (2,5% del PIB) y las empresas (0,9% del PIB), mientras que las administraciones públicas mostraron un déficit del 8,1% del PIB.