Sangüesa, capital de la Merindad, fue escenario de una concentración masiva que reunió a cerca de 500 vecinos y vecinas, en la que tanto el alcalde Javier Solozábal como Merche Artieda, directora del Centro de Salud de la localidad, alzaron la voz ante la crisis sanitaria que atraviesa la zona básica de salud.
Merche Artieda, junto con Izaskun Aldaz, quien leyó parte del manifiesto en euskera, expresó la desesperación del equipo médico ante la falta de respuesta por parte del Departamento de Salud. "En repetidas ocasiones hemos pedido ayuda desesperadamente y la búsqueda de soluciones, pero no hemos recibido ni solución ni ayuda alguna", afirmó Artieda con evidente frustración. La situación, lejos de mejorar, ha empeorado drásticamente: "El problema ha ido agravándose desde aquel momento. Varios profesionales agotados han decidido trasladarse a otras zonas, agudizando aún más la situación", explicó.
Artieda subrayó que la sobrecarga de trabajo ha llevado al equipo médico a un punto de agotamiento insostenible: "El año pasado, y hace dos, hicimos huelgas y concentraciones, pero ahora hemos llegado al límite. En el último año, el equipo médico ha tenido que asumir entre tres médicos el trabajo de nueve. Ha habido días en los que solo dos profesionales atendieron toda la zona básica de salud". La directora dejó claro que el desgaste físico y emocional está afectando gravemente a los profesionales: "Somos trabajadores, no esclavos. Nuestra vocación tiene un límite: nuestra propia salud".
Por su parte, Javier Solozábal, alcalde de Sangüesa, respaldó las palabras de Artieda y subrayó que la crisis no solo afecta a los pequeños pueblos de la comarca, sino también a la capital de la Merindad. "La falta de médicos repercute en toda la zona. Los pocos que quedan se ven obligados a cubrir plazas en otros pueblos, lo que también afecta al centro de salud de Sangüesa", señaló Solozábal.
Ambos coinciden en la necesidad de que el Departamento de Salud y los ayuntamientos de la zona se impliquen de manera urgente para encontrar una solución. "Queremos que apuesten por las zonas rurales y mejoren las condiciones laborales de los profesionales, para que no se vean obligados a marcharse a Pamplona por la cercanía a sus viviendas y las mejores condiciones", apuntó Solozábal.
La protesta reflejó el sentir de una población que se siente abandonada y que exige una atención médica digna. "La gente se siente abandonada", dijo Artieda. "Con este acto esperamos conseguir al menos una respuesta. No podemos más".
La comunidad de Sangüesa y su comarca esperan que este clamor llegue a las autoridades y que las palabras de Artieda y Solozábal no caigan en saco roto, porque como concluyó la directora del centro de salud: "No podemos más".