He esperado unos días antes de escribir este artículo en homenaje a la librera Marcela de la Cuesta de Santo Domingo por su reciente jubilación. Necesitaba asentar todas las imágenes que me llegaban de ella hacia esta mente mía, que anda atribulada entre obras de teatro, tesis doctorales y conferencias sobre autoras navarras fuera de Navarra.
La primera vez que alguien me habló de Marcela se trató de otra escritora, Julia Montejo. Destacaba en ella su disponibilidad para presentaciones, su simpatía -siempre con una sonrisa en la cara- y su compromiso social, porque para Marcela -se intuye- los libros no son solo objetos, son herramientas de cambio social. Lo sabemos.
También estuve en su librería y la de su compañero con Javier Rey, que la adoraba. Con esos pasillos llenos de euskal literatura, napar literatura, literatura infantil, mitológica, novelas, ensayos… Recuerdo que valoraba especialmente a las autoras de la tierra, pues siempre nos ha mimado y colocado en buen lugar. Porque Marcela, además de librera comprometida es nuestra librera feminista y defensora del euskera en Navarra. A decir verdad, creo que lo tiene todo, o como diría mi abuela: es completica.
Tuve el honor de compartir con ella el rodaje de un vídeo de la Fundación Caja Navarra donde se retrataba toda la cadena del libro. Desde quienes los hacemos hasta quienes los venden. Las unas sin las otras no podríamos sobrevivir. Y entre autoras y libreras: editoras, agentes, ilustradoras, traductoras.
Ser librero, ser librera es amar los libros. Lo sé porque mi hijo también los vende.
Te deseo Marcela un gran disfrute en tu merecido descanso por la jubilación. Pero también te pido que no nos abandones, que no nos dejes a este grupo de letraheridas que te queremos. Es por ello que te convocaremos a presentaciones, a homenajes, a ferias, porque queremos seguir viendo cómo te brillan los ojos cuando tienes un libro en las manos.
Pamplona, el Casco Viejo, está en deuda contigo y tu compañero, por tantos años de dedicación. Así que ahí va mi canto, puesta frente a tu librería con un periódico en la mano y el pañuelico al cuello: “A Marcela pedimos/ por ser nuestra patrona/ nos guíe en el empeño/dándonos su bendición”.
Muxuak.
Fátima Frutos, escritora e Investigadora académica.