Con el verano, miles de personas regresan a pueblos que cuando llegue septiembre, volverán a estar vacíos. España tiene tres de los territorios más despoblados del Sur de Europa y es uno de los países con mayor pérdida de habitantes en zonas rurales, hasta el punto de que el 60% de los municipios españoles tiene menos de 1.000 habitantes. En el Día Mundial de la Población, que se celebra cada 11 de julio, Naciones Unidas alerta sobre este fenómeno de concentración urbana constante.
La reciente investigación de Political Watch, financiada por COTEC, detectó 41 demandas clave de la España rural y analizó posteriormente la presencia de estas necesidades tanto en las iniciativas legislativas del Parlamento como en los informativos de televisión. “El 27% de las demandas de la España vaciada no provocaron ninguna actividad parlamentaria en las tres últimas legislaturas. Es decir, que entre 2016 y 2023 -con gobiernos tanto del PP como de coaliciones progresistas- no se habló, ni en el Congreso ni en el Senado, de 11 preocupaciones que para la gente de nuestros pueblos es urgente abordar”, concluye Belén Agüero, investigadora de Political Watch y autora del estudio.
El 56% de las iniciativas aprobadas en las tres legislaturas responden a solo 3 de las 11 áreas identificadas: economía y empleo, gobernanza y financiación. Del resto, con asuntos clave como educación, identidad y cultura, inclusión, participación, movilidad, vivienda, sanidad y servicios, nada de nada.
En lo que va de la actual legislatura, la XV, solo se han aprobado 33 iniciativas legislativas sobre este tema. De ellas, solo una está vinculada de manera directa con la España rural, mientras que la mayoría son de escaso peso político, al tratarse de medidas leves incluídas en normas de otras temáticas, como la ley de PYMES o la de universidades.
La anterior legislatura, la más provechosa para la España despoblada
La legislatura XIV fue la más prolífica en iniciativas respecto a la España rural que se convirtieron en Ley: se aprobaron 32, que abarcan desde Reales Decretos, iniciativas del Senado y Proyectos de Ley. Todas fueron impulsadas por el Gobierno, excepto una que lo fue desde el Senado. Destacan el Proyecto de Ley (PdL) de Formación Profesional, que contempla la adaptación de la educación a las necesidades del sistema productivo y del contexto territorial; el PdL de Empleo, que menciona específicamente el apoyo a la movilidad geográfica hacia zonas despobladas; el de Fomento de Empresas Emergentes, que ofrece incentivos fiscales para empresas ubicadas en zonas poco pobladas o el de Evaluación de Políticas Públicas, que incluye el compromiso de evaluar los posibles efectos sobre el medio y la sociedad rural de todas las políticas públicas.
El cambio en la narrativa mediática
En 2017, la despoblación entra en la agenda política española con fuerza. Según un informe de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) de esa fecha, la mitad de los municipios españoles se encuentran en riesgo de extinción. A partir de las movilizaciones ciudadanas de 2019 y de las elecciones generales del mismo año, se empiezan a detectar cambios en las narrativas utilizadas en los medios de comunicación, ejemplificado en los Telediarios que analiza este estudio. El empleo y la economía de los pueblos son los ángulos más tratados.
Antes de 2019, las menciones a la España rural estaban ligadas principalmente a los incendios forestales y al turismo rural. Ese año, plataformas como Soria ¡Ya! y Teruel Existe empiezan a ganar peso político y a tener más presencia en algunas noticias. En 2020 surge el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, dando mayor peso y presencia a la temática en el nivel más alto de la Administración General del Estado. Dicho ministerio presentó en 2021 un plan de 130 medidas para hacer frente al reto demográfico, que sigue ejecutándose en la actualidad. Además, la pandemia de COVID-19, aunque negativa en muchos aspectos, provocó cambios positivos en cómo se percibe lo rural, dejando de mostrar a las ciudades como la aspiración a seguir y rescatando el verdadero valor añadido de las comunidades más pequeñas.
Todos estos cambios tuvieron una repercusión lógica en la cobertura mediática y favorecieron que empezara a abrirse paso una narrativa diferente, con un aumento en las menciones a la vida rural, entrevistas a sus ciudadanos sobre su vida cotidiana y un aterrizaje con más profundidad en las carencias que experimentan en servicios y recursos, además del aumento en la movilidad hacia municipios más pequeños impulsada por la pandemia, por el alto coste de la vivienda en los grandes núcleos urbanos y por la mejor calidad de vida que ofrecen los pequeños territorios. Sin embargo, a la hora de hablar de la España rural, no ha cambiado el tono pesimista, melancólico y una visión de las tradiciones como algo estático.