La consejera de Cultura y Deporte del Gobierno foral, Rebeca Esnaola, ha visitado el fin de las obras de restauración del Castillo de Ablitas, acompañada por el director general de Cultura, Ignacio Apezteguía, el teniente de alcalde de la localidad, Carlos Bonel, los concejales, Rocío Arriazu, y Cecilio Antón. La torre del edificio ha sido completamente restaurada por el Servicio de Patrimonio Histórico del Gobierno de Navarra con una inversión total de 1.411.274 euros.
El castillo de Ablitas, propiedad del ayuntamiento de la localidad, está declarado Bien de Interés Cultural. La restauración permitirá que el edificio pueda abrirse a las visitas del público. Como se recordará, fue cerrado por el consistorio en 2014, ante el peligro de desprendimientos.
El progresivo e imparable deterioro del muro exterior de la torre, ponía en peligro la seguridad pública y suponía un riesgo para la conservación de los escasos restos que permanecían en pie, así como para la cámara del aljibe, ha informado el Gobierno.
La intervención ha dotado a la torre de un acceso al interior de la cámara y desde aquí a la terraza superior, desde donde se puede admirar una vista de Ablitas y de los límites del reino de Navarra. Con las galerías y el horno, excavados en la roca, este conjunto constituye un significativo recorrido por el castillo de Ablitas.
En la visita de fin de obra, la consejera Esnaola ha destacado que «esta actuación comenzó con los estudios previos hace diez años y finaliza con un riguroso proyecto de restauración que protege el aljibe y el alambor de esta torre, destinada a desaparecer y que ahora se abre para disfrute de la ciudadanía».
El alcalde de Ablitas, Carmelo Arriazu, ha trasmitido al departamento su satisfacción por el resultado de la restauración de la torre del castillo «por lo que supone para el patrimonio cultural y la memoria del pueblo».
Durante los días 3, 4, 7 y 8 de diciembre, se realizarán visitas guiadas gratuitas al edificio, dentro del programa 948 Cultura/Kultura, impulsado por la Dirección General de Cultura – Institución Príncipe de Viana.
LA RESTAURACIÓN DEL CASTILLO DE ABLITAS
Desde el año 2010 se han elaborado una serie de documentos por encargo de la Institución Príncipe de Viana o del Ayuntamiento de Ablitas, con la perspectiva de la restauración de este monumento. Entre ellos cabe citar un informe histórico sobre el castillo real de Ablitas (2010), la toma de datos con escáner láser (2010), un estudio geotécnico (2011), un estudio y análisis constructivo del castillo de Ablitas, que incluyó el levantamiento de planos (2016), y un análisis de materiales pétreos y morteros de la torre (2018). Estos estudios han sido esenciales para la toma de decisiones y la realización de un proyecto riguroso de restauración.
Bajo la plataforma del promontorio se ubican una serie de estancias conectadas entre sí y excavadas en la roca. En los taludes quedan restos de trasdosados y arranques de muros que probablemente formaron parte del recinto amurallado y de construcciones auxiliares del castillo.
En este caso, el proyecto se ha circunscrito a la torre porque se trata del elemento de mayor significado y el que tenía mayor riesgo de desaparición entre lo que queda del castillo. La restauración no ha pretendido la reconstrucción de toda la torre porque no se tenía ningún dato por encima del aljibe, cuya altura es de 6,5 metros y la del alambor 7,5 metros, mientras que la altura total del edificio pudo alcanzar unos 25 metros por encima del aljibe.
La intervención se ha limitado a la recuperación de las condiciones constructivas y estructurales del alambor y del muro que configura la torre en la altura que corresponde a la cámara baja o aljibe para posibilitar la pervivencia de este elemento del castillo.
En su interior se conservan los sillares originales de la construcción donde destaca la columna central, el aliviadero, algunos restos del revestimiento de impermeabilización y las marcas de cantero con una visible letra M de trazo gótico tardío.
La restauración ha implicado reponer con fábrica de sillares de piedra la hoja exterior desaparecida del muro de la torre y del alambor y ejecutar el relleno del muro con mampostería de gran dimensión y hormigón de cal, con un sistema constructivo similar al original, a partir de la medición de la fábrica que había llegado.
Aunque esta intervención haya sido sencilla, en el aspecto formal, ha tenido una importante envergadura por la dimensión de la torre, y por las características de los trabajos, la mayor parte de ellos de carácter estructural y de ejecución complicada, ha detallado el Ejecutivo.