La consejera Esnaola ha hecho entrega de las llaves de la torre a Lourdes San Miguel, alcaldesa de la localidad
PAMPLONA, 24 (EUROPA PRESS)
La consejera de Cultura y Deporte del Gobierno de Navarra, Rebeca Esnaola, ha visitado las obras de restauración de la Torre de Velasco en Lodosa, donde ha tenido lugar el acto simbólico de entrega de llaves a Laura Remírez, alcaldesa en funciones del municipio, encargado de la gestión de este monumento declarado Bien de Interés Cultural.
Se trata de la culminación de una intervención realizada por el servicio de Patrimonio Histórico de la Dirección General de Cultura – Institución Príncipe de Viana, que se ha llevado a cabo entre los años 2021 y 2022.
El objetivo prioritario de la reforma ha sido «preservar para generaciones venideras una valiosa herencia cultural recibida», según se ha señalado desde Patrimonio Histórico. Desde esa premisa, se ha reconstruido arquitectónicamente la torre «conforme a sus características originales, contrastadas con otras torres medievales, y a la vista de los datos que proporcionaron el levantamiento de planos, el estudio histórico realizado y el análisis del edificio», ha explicado en un comunicado el Ejecutivo foral.
Las obras han sido dirigidas por José Luis Franchez Apecechea, arquitecto del Servicio de Patrimonio Histórico, y adjudicadas a la empresa Construcción Leache, mediante una inversión global de 1.044.000 euros.
Con la restauración, se quiere que la torre sea «visitable y accesible para todos y todas», y se convierta, de esta manera, «en un lugar en el que realizar actividades culturales», explican. Así, en las Jornadas Europeas de Patrimonio se han programado diversas actividades en torno a esta edificación lodosana.
El jueves 29 de septiembre a las 19.30 horas, la casa de cultura de la localidad acogerá la conferencia ‘Una arquitectura recuperada del olvido’, a cargo del arquitecto José Luis Franchez Apecechea, que expondrá las líneas principales de la restauración del monumento. El domingo 2 de octubre a las 11.30 horas, tendrá lugar una visita guiada al interior de la torre de la mano de Roberto Ciganda, investigador de la historia de la torre de Velasco, también conocida como Torre de Rada.
LA RESTAURACIÓN
En el interior del edificio se repusieron los forjados de viguetas de madera y revoltón de ladrillo y yeso, «que la torre conservaba en alguna de sus plantas, aunque arruinados», comentan. «Los muros exteriores se remataban por un almenado, cuyo peto apoyaba en modillones (saledizo a modo de pequeño bloque) de rollo de los que quedaban restos fundamentalmente en el alzado sureste, como ocurre en algunas torres defensivas de esta época», indican.
Se ha restaurado también el paseo de ronda, «que ofrece una inmejorable panorámica del entorno de la torre, dominado el valle del Ebro y que es accesible desde el interior». En las puertas de acceso y de salida al adarve (muro de una fortaleza) en cubierta, así como en las ventanas de las cuatro fachadas, se han repuesto nuevas carpinterías de tabla y armazón de roble.
«En contraste, los restos de la capilla renacentista no se han reconstruido, sino que, con objeto de respetar su valor arqueológico, se han consolidado y se han protegido con una nueva cubierta de madera con cobertura de cinc, intencionadamente diferenciada y separada de la ruina consolidada», comentan. En el acceso, se ha colocado un panel explicativo de la torre ilustrado con las fotografías del antes y después de esta intervención, así como unos dibujos de planta y alzado.
«Además, junto a la torre, por su lado suroeste, quedaban los muros arruinados de antiguas construcciones agropecuarias (corrales), que se han demolido para recuperar el perfil del terreno que forma parte del entorno inmediato a la torre», concluyen. La zona se ha cubierto con grava y con tierra vegetal.
HISTORIA DE LA TORRE
La torre de Velasco, también llamada de Rada, se ubica en término municipal de Lodosa en un emplazamiento estratégico sobre una elevación que permite dominar un amplio ramo del curso del río Ebro entre Lodosa y Sartaguda, frontera histórica de Navarra con Castilla. Su construcción tuvo lugar en el último cuarto del siglo XV (c.1487), por iniciativa de Sancho Fernández de Velasco, señor de Arnedo.
Se trata de una construcción militar medieval -en origen probablemente dotada con foso y muralla exterior-, de filiación castellana, lo que explica ciertos elementos arquitectónicos que no son propios de las torres bajomedievales navarras, «singularidad que la convierte en única entre las torres del antiguo Reino de Navarra».
Construcción sobria de planta cuadrada de 12,30 metros de lado y 16 metros de altura, se remata con matacanes de peto liso con aspilleras sobre modillones triples y con un paseo de ronda perimetral en cubierta, lo que le otorga una nítida fisonomía medieval.
Junto a su fachada sureste están los restos de una capilla arruinada de época renacentista levantada en torno a 1570, de planta rectangular y con tres contrafuertes, que al interior conserva los arranques de las bóvedas estrelladas de ladrillo aplantillado que cubrían los dos tramos de su nave, el arco apuntado que dividía esos tramos y un pequeño coro alto a los pies.