Cuando en agosto de 2024 Josune Beiztegui y Adrián Bauza tomaron las riendas de Academia Iturrama, no lo hicieron desde la audacia improvisada, sino desde la experiencia acumulada en el propio corazón del centro. Ambos habían formado parte de la academia durante años y conocían de primera mano la esencia que ha sostenido más de 35 años de trayectoria: una enseñanza cercana, práctica y profundamente personalizada.
Hoy, ya como codirectores, han emprendido una nueva etapa que combina tradición y actualización, manteniendo lo que funcionaba y abriendo líneas de trabajo que responden a las necesidades actuales: desde la preparación de exámenes oficiales de idiomas hasta el apoyo académico en asignaturas como matemáticas, física, química o lengua y literatura.
“Queremos seguir siendo un espacio al que las personas acudan porque aquí se les entiende y se les forma como necesitan”, resumen.
Idiomas para todos los objetivos y para todas las edades
La identidad de Academia Iturrama siempre ha estado estrechamente vinculada a los idiomas. Inglés, francés, alemán, italiano y portugués conforman la oferta principal del centro, impartida siempre por profesores formados y con experiencia para cubrir todos los niveles, desde principiantes hasta C2.
Pero la verdadera clave, según explican, no está en el listado de idiomas sino en cómo se enseñan. Adrián Bauza, lingüista y apasionado de la docencia, lo resume con claridad: “No se enseña igual a un adolescente que a un grupo de alumnos jubilados. Tampoco a quien quiere aprobar un examen que a quien simplemente desea dedicar dos horas a la semana a algo que le motiva. La enseñanza es vocacional, pero sobre todo es humana”.
Esa humanización se traduce en clases con un máximo de cinco o seis alumnos, un número de alumnos que permite conocer a cada persona, identificar sus necesidades y adaptar el ritmo y el enfoque de la enseñanza. No se trata de seguir un libro por obligación, sino de construir un aprendizaje significativo. “Hay alumnos que nunca van a abrir un libro en casa, y otros que necesitan estructura y método. Lo importante es encontrar el camino que funcione para cada uno”, señala Adrián.
En esta flexibilidad reside también la capacidad del equipo para atender objetivos muy concretos: preparación de exámenes oficiales, cursos intensivos, formación para empresas, clases para erasmus, castellano para extranjeros o grupos especiales como el de personas jubiladas, que este año se ha convertido en un pequeño símbolo de la diversidad de la academia.
Construir desde la base: cómo detectar cuando un alumno necesita apoyo
Una de las preguntas más habituales entre las familias es: ¿cuándo es el momento de buscar una academia? La respuesta de Josune es clara y directa: “Cuando empieza a fallar la base”.
Para ella, aprender un idioma —igual que otras materias— es como construir un edificio: si los cimientos no están bien asentados, todo lo que se construya encima terminará tambaleándose. La falta de estructura en niveles iniciales provoca, más adelante, dificultades con la gramática, la comprensión o la expresión. Por eso, lo ideal es intervenir pronto.
La segunda respuesta llega del lado pedagógico. Adrián añade que conviene buscar ayuda cuando aparece un bloqueo en alguna destreza: lectura, escritura, comprensión o conversación. Cada habilidad se comporta de manera distinta y exige estrategias propias.
El profesor cuenta que muchas veces la raíz del problema no es la dificultad, sino la falta de motivación. “Mi trabajo también es encontrar qué mueve a cada alumno. Si les gusta el fútbol, tendré que aprender estadísticas y clasificaciones. Si les gusta el manga, trabajaremos con ese material. No puedo enseñar un idioma ignorando su mundo”.
Del aula al acompañamiento: el papel de la gestión y la orientación
Aunque Josune no imparte clases, su labor resulta imprescindible para que el aprendizaje funcione. Ella se encarga de la organización, las pruebas de nivel, los calendarios y la orientación e inscripción en el examen oficial que desee presentar cada alumno. También actúa como puente con centros escolares, empresas y entidades que solicitan cursos, actividades extraescolares o apoyo académico.
“Es una parte menos visible, pero fundamental. No es labor comercial, sino acompañamiento. Resolver dudas, orientar, explicar a los padres cuándo conviene que su hijo se presente a un examen y cuándo es mejor esperar. Sin esa organización, ninguna clase funcionaría”, reconoce Adrián.
La creciente demanda de información por WhatsApp —una de las vías más utilizadas por padres, alumnos e incluso empresas— confirma que cada vez más personas buscan un contacto rápido, flexible y accesible. Academia Iturrama se adapta a esas nuevas formas de comunicación sin perder el trato personalizado que la caracteriza.
El impulso del apoyo académico: matemáticas, física, química y lengua
Aunque los idiomas siguen siendo la columna vertebral del centro, en el último año han reforzado un área que ya comenzaba a crecer: el apoyo escolar en asignaturas de primaria, secundaria y bachillerato.
Matemáticas, física, química y lengua y literatura son las materias más demandadas, y la academia ha puesto el foco en ellas porque son, en palabras de Josune, “las que más suelen necesitar un refuerzo extra”.
Las clases son impartidas por profesionales que también trabajan con alumnado universitario, lo que permite ofrecer una enseñanza sólida y adaptada a niveles avanzados cuando es necesario. Aun así, el objetivo principal está en dar apoyo al alumnado de la ESO y Bachiller, especialmente en épocas de mayor exigencia académica.
“Queremos que cada alumno llegue con seguridad a su examen. A veces necesitan solo un empujón puntual; otras requieren un seguimiento continuo. Lo importante es que sientan que aquí tendrán la ayuda que necesitan”, explican.
Pequeños grupos, grandes avances
Una de las principales señas de identidad de Academia Iturrama es el tamaño reducido de los grupos. Desde que Josune y Adrián asumieron la dirección, han decidido limitar los grupos a cinco o seis alumnos. Antes podían llegar a ser ocho, pero prefieren priorizar la calidad a la cantidad.
“La personalización no se puede fingir”, afirma Adrián “Con seis alumnos puedo saber cómo escribe cada uno, qué estructuras les cuestan, qué errores son recurrentes o qué metodología les funciona mejor”.
Este enfoque no solo beneficia al alumnado: también reduce el cansancio y la frustración que, muchas veces, se genera cuando los grupos son demasiado grandes para brindar una atención real. “La gente viene aquí porque quiere aprender. Algunos vienen porque lo necesitan para un examen; otros porque disfrutan de la clase. Pero todos, sin excepción, merecen una enseñanza individualizada aunque integren un grupo”, señala Josune.
Tecnología útil, no impostada
La academia ha integrado nuevas herramientas digitales, pero siempre al servicio del aprendizaje. “No se trata de ser modernos por ser modernos”, puntualizan. “Se trata de usar la tecnología cuando realmente facilita la enseñanza”.
Muchos alumnos trabajan con tablet, chromebook o suben sus tareas directamente en plataformas digitales, y ello agiliza tanto el seguimiento como la comunicación entre profesorado y alumnado. Pero quien prefiere el cuaderno y el bolígrafo encuentra la misma aceptación.
“No todos los estudiantes aprenden igual. La tecnología es una herramienta más, no una obligación. Lo importante es que funcione para cada persona”, explican.
Retos, estrategias y pequeños milagros educativos
¿Y qué ocurre cuando un alumno “no entra ni queriendo”? La respuesta es tan honesta como compleja: depende. Depende de qué le bloquea, de si tiene motivación, de si utiliza el idioma fuera del aula, de cómo es su personalidad o de si tiene hábitos de estudio.
El primer paso es siempre diagnosticar la causa, y a partir de ahí buscar el camino adecuado: adaptar materiales, cambiar dinámicas, introducir intereses personales, trabajar desde la práctica o volver a las bases.
En la experiencia de Adrián, los pequeños avances acaban llegando. “He tenido casos de alumnos que venían solo por la PAU (antigua selectividad) y que siguen conmigo después porque descubrieron que aprender un idioma también puede ser un espacio de disfrute. A veces basta con que sientan que pueden”.
Ese acompañamiento es lo que, para Josune, da sentido al trabajo: “Las personas confían en nosotros. Familias, empresas, centros educativos… y lo mínimo que podemos hacer es ofrecerles una enseñanza cuidada”.
Mirar al futuro sin olvidar la esencia
Con la renovación interna y los nuevos enfoques, Academia Iturrama refuerza su papel como centro de referencia en idiomas y apoyo escolar en Pamplona. Pero lo hace manteniendo su filosofía: atención personalizada, grupos reducidos, flexibilidad metodológica, profesionalidad y cercanía.
En un panorama educativo en el que muchas academias optan por un modelo más industrial e impersonal, Academia Iturrama apuesta por la escala humana. Quizá por eso continúa siendo, después de tres décadas y media, un lugar al que los alumnos vuelven.
Datos de contacto y horario
Academia Iturrama
C/ Iturrama 25 entreplanta, esc. centro, Pamplona
Teléfonos:
948 17 05 65
651 119 078 (WhatsApp)
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Web: academiaiturrama.com
Horario:
De lunes a viernes, mañana y tarde (horario adaptable según cursos y grupos).







