La Comisión de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Parlamento de Navarra ha visitado este miércoles en Caparroso la Cooperativa Agropecuaria Valle de Odieta, una explotación ganadera láctea a la que el TSJN ha reconocido el derecho al otorgamiento de una nueva Autorización Ambiental Integrada para aumentar la capacidad de sus instalaciones hasta las 7.200 vacas de ordeño, cifra -tienen 5.200- que esperan alcanzar a finales de 2022.
La delegación del Parlamento ha sido recibida por Alberto Guerandiain, director gerente de Valle de Odieta, y Rubén Rodríguez, gerente de la planta de biogás HTN.
El objeto de la visita, cursada a instancias de Navarra Suma, PSN, Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e I-E, ha sido «conocer in situ las instalaciones y el desarrollo de la actividad», cuyos términos el Gobierno de Navarra insiste en regular estrictamente para, a través de la Ley Foral de Sanidad Animal y el Plan Estratégico de Ganadería Extensiva, asegurar el cumplimiento de los requisitos medioambientales contemplados en el Decreto Foral del que se valió la Dirección General de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio para denegar en 2018 la autorización ambiental requerida por Valle de Odieta para ampliar la explotación, ha informado el Parlamento.
A continuación, los parlamentarios han realizado un recorrido guiado en bus por las distintas dependencias de la ‘biogranja’, en el que los responsables de la cooperativa han explicado las actividades de carácter «sostenible» que, «garantizando el equilibrio entre crecimiento económico, cuidado del medio ambiente y bienestar social y animal», se promueven desde Valle de Odieta, también de conformidad con los principios de la «economía circular y la generación de empleo no deslocalizable».
A ese respecto y tras subrayar su «vinculación al entorno rural y al territorio», Alberto Guerandiain ha insistido en la rigurosidad de un proyecto que, entre otros, cuenta con el certificado AENOR Conform, que es «el único que evalúa y controla la calidad del bienestar animal en las granjas, en perfecta comunión con los requisitos establecidos en el proyecto europeo Welfare Quality».
En ese marco, Guerandiain ha negado las acusaciones de uso indiscriminado de antibióticos, una práctica que, «salvo prescripción veterinaria», está «prohibida» en ganadería de vacuno. «Carecen de fundamento, igual que las de hacinamiento animal, no hay más que ver la amplitud de las instalaciones (500.000 metros cuadrados) para cerciorarse de la baja densidad de animales», ha dicho.
El director gerente de la Cooperativa Agropecuaria ha concluido asegurando que Valle de Odieta se encuentra «entre el 1% de las granjas españolas que llevan a cabo una gestión integral de los purines», en su caso valiéndose de la planta de biogás que tienen al 50% con AN (Agropecuaria de Navarra). «A su vez, contamos con paneles solares para generar el doble de energía de la que se utiliza», ha expuesto.
Ya en la planta de biogás, Rubén Rodríguez ha descrito los pormenores del proceso de tratamiento de los purines, un desecho que, siguiendo las recomendaciones de la Unión Europea, transforman en «abono orgánico de calidad y energía eléctrica renovable para unas 12.000 familias», evitando las misiones de metano. Además, «estamos implementando un plan de última generación de prevención, cumplimiento normativo y sostenibilidad para evitar incurrir en cualquier tipo de infracción ecológica y medioambiental».
En su turno de intervención, los portavoces de Navarra Suma y PSN no han puesto objeciones al modelo de negocio que representa Valle de Odieta, mientras las representantes de EH Bildu, Podemos e I-E han exhibido sus dudas en relación a los impactos derivados del tamaño de la explotación.
Miguel Bujanda, de Navarra Suma, ha señalado que «esta visita puede servir para aclarar las dudas de la gente y de los grupos ecologistas que alarman innecesariamente a la población». «Hemos visto una cooperativa local y familiar, de segunda generación, que practica una agricultura y una ganadería sostenibles, circular. Es un modelo compatible con las explotaciones de menor tamaño. Además, la producción de España en el sector lácteo España es deficitaria, necesita importar un 30% de su consumo, por lo que esta actividad no debe incidir negativamente en el precio final», ha dicho.
A decir de Javier Lecumberri, del PSN, ha sido una visita «muy instructiva, tanto en los aspectos relacionados con la agricultura industrial, como en los que atañen a la planta de biometanización, donde no solo se trabajan los residuos de esta y otras granjas, sino también los orgánicos de mancomunidades de toda Navarra». «Los desechos se convierten en biometano y de ahí se saca electricidad limpia para autoconsumo. El sobrante se vierte a la red. Interesante y necesario», ha añadido.
Desde Geroa Bai, Pablo Azcona se ha congratulado por el resultado de una visita que «contribuye a seguir alimentado un debate necesario». «Agradecemos la posibilidad de haberlo visto desde dentro, pero nos reafirmamos en nuestro apoyo al Gobierno de Navarra en su intento de tratar de que estas explotaciones se adecúen a los parámetros de distancia y tamaño contenidos en el Decreto Foral. Tras el fallo del TSJN y buscando una mayor seguridad jurídica, se va a trasladar el contenido de ese decreto a la Ley de Sanidad Animal, que habrá que modificar. Estas macro-granjas generan afecciones sociales y económicas al resto del sector», ha apuntado.
Laura Aznal, de EH Bildu, por su parte, ha reafirmado también la apuesta de su grupo por «un modelo diferente de ganadería, más extensiva y sostenible desde los puntos de vista económico, social y medioambiental».
La representante de Podemos Ainhoa Aznárez se ha desmarcado de «este tipo de macro-vaquerías, pues importan el producto y, por tanto, rompen la cadena de la economía circular». «Respaldamos las explotaciones eco-sostenibles, familiares, cuyos efectos son diametralmente diferentes, pues ayudan a la cohesión territorial, a asentar población. Son sinónimo de continuidad», ha opinado.
Marisa de Simón, de Izquierda-Ezkerra, se ha manifestado «totalmente contraria a este modelo de explotación, pues, amén de peligroso, pone en cuestión la pervivencia de las pequeñas explotaciones ganaderas y familiares». «Estas macro-granjas están pensadas para que las grandes empresas obtengan muchos beneficios. Va en detrimento del desarrollo rural que necesita Navarra. En este caso, además, el negocio no está en la leche, sino en la producción de biometano», ha dicho.
Fundada en 1950, la Cooperativa Agropecuaria Valle de Odieta (Ultzamaldea) inició su actual actividad agropecuaria en 1983, con la puesta en marcha de su primera granja de ganado vacuno de leche, que alcanza su máximo desarrollo en la Biogranja de Caparroso, donde cuenta con una explotación de 5.200 vacas. Da empleo directo a 80 personas y a 250 más de un modo indirecto. Produce 60.000 toneladas de leche al año. La inversión se cifra en 16 millones, a los que habría que añadir otros 9, ya que para finales de 2022 está prevista una ampliación con la edificación de otras seis naves. También se prevé la instalación de una depuradora para convertir las aguas de ordeño en aguas de riego, ha indicado el Parlamento.