Este viernes, decenas de personas se reunieron en el Paseo de Sarasate de Pamplona para recordar y denunciar la Masacre de Melilla ocurrida el 24 de junio de 2022, en la que al menos 117 personas murieron o desaparecieron. La concentración, titulada "Melilla Gogoan. Necropolítica Migratoria en Europa", fue organizada por diversas entidades que trabajan con migrantes en Navarra, incluyendo Flor de Africa, Hapi, Gaz Kalo, Mugak Zabalduz, AZTA, PIM/MIG, Haritu, Paris 365 y SOS Racismo Nafarroa.
La concentración buscó no solo recordar a las víctimas, sino también denunciar la política migratoria que permitió dicha tragedia. Los organizadores señalaron que el uso planificado de una violencia sin precedentes en la frontera de Melilla hace dos años ha dejado una marca imborrable en la historia de la necropolítica migratoria. "El próximo 24 de junio se cumplirán dos años de la masacre de Melilla, una fecha que resuena como símbolo de la violencia estructural contra los migrantes," expresaron en su comunicado.
La exigencia de justicia fue uno de los ejes centrales del evento. Desde que cinco colectivos presentaron una querella para la reapertura del caso, archivado por la Fiscalía española en diciembre de 2022, el procedimiento judicial sigue abierto. Los manifestantes subrayaron la reciente investigación llevada a cabo por el Centro para la Defensa de los Derechos Humanos Irídia, Border Forensics y la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH), que desvela que la violencia en Melilla fue una estrategia planificada por las fuerzas policiales de Marruecos y España. "Esto desmonta las versiones oficiales y expone una verdad incómoda: la coordinación entre ambos estados para aplicar una doctrina migratoria basada en la vulneración sistemática de los derechos humanos," afirmó uno de los portavoces.
La concentración también criticó duramente el Pacto de Asilo y Migración aprobado durante la presidencia española de la Unión Europea en 2023. Según los organizadores, este pacto refuerza la externalización de fronteras y desmantela el derecho de asilo. "El pacto consolida prácticas comunes que operan en un limbo jurídico, aumentando las prácticas de control y hostigamiento a través de controles policiales racistas y citas trampa ante la Brigada de Extranjería," denunciaron.
Los colectivos exigieron al gobierno de Navarra y a las autoridades competentes varias acciones concretas, incluyendo el apoyo a la apertura de una investigación judicial independiente tanto por parte de Marruecos como del estado español y a nivel internacional para esclarecer los hechos. Además, pidieron el establecimiento de canales de colaboración con las comunidades de migrantes para identificar y devolver los cuerpos de las víctimas a sus familias, así como para la identificación de las personas desaparecidas en tránsito o frontera. También reclamaron un posicionamiento claro contra la Política Migratoria europea y española, así como de la Ley de Extranjería, estableciendo medidas para paliar los efectos y el reconocimiento de todas las personas migradas y/o racializadas como sujetos políticos de derechos, con independencia de su situación administrativa o condición socioeconómica, garantizando su pleno acceso a los derechos fundamentales. A nivel estatal, impulsaron y apoyaron los cambios normativos necesarios, incluyendo la ILP Regularización Ya, la universalización de acceso al sistema sanitario y la homologación de títulos.
El comunicado finalizó con una apelación urgente a la memoria y la justicia, destacando la necesidad de una contranarrativa que reconozca y repare el daño colonial y sistémico: "Si no cambia la mirada y el relato, nada cambiará. No existe una forma compatible con los derechos humanos de controlar la inmigración o las fronteras, no existe una manera de seguir viviendo como hasta ahora compatible con el respeto a la vida."
La concentración de este viernes en Pamplona ha puesto de manifiesto una vez más la lucha constante de los colectivos de migrantes y defensores de derechos humanos contra una política migratoria que consideran injusta y violenta. A dos años de la tragedia de Melilla, el clamor por justicia y por un cambio radical en las políticas migratorias resuena más fuerte que nunca.
