Colectivos sociales y sindicatos se han sumado a la iniciativa ‘Ahora responsabilidad’ para solicitar a las administraciones públicas la paralización de los proyectos del tren de alta velocidad y que «toda la inversión económica para el TAV sea destinada a cuestiones de urgencia y prioritarias».
Entre otras organizaciones han suscrito el manifiesto los sindicatos ELA, LAB, EHNE, Steilas y CGT y colectivos como Ekologistak Martxan, la fundación Sustrai Erakuntza, Lunes Lilas o SOS Racismo.
En el manifiesto, los colectivos que lo apoyan lamentan que «las millonarias inversiones de los gobiernos en grandes infraestructuras como el TAV se han producido al mismo tiempo en el que se llevaban a cabo fuertes recortes en cuestiones vitales como la sanidad y los servicios sociales».
Según señalan, «eso nos ha llevado a observar día tras día hospitales saturados, personal sanitario doblando turnos, residencias de mayores convertidas en mataderos y abandonadas a su suerte, gente muriendo en soledad, hoteles improvisados como hospitales y mujeres fabricando mascarillas y caretas en sus casas».
En su opinión, «ahora más que nunca es indispensable recalcar la importancia de los trabajos que son necesarios para sostener la vida y el cuidado mutuo de las personas». Y censuran que «en una situación como la actual, de crisis sin precedentes y en estado de confinamiento, las obras del TAV sigan su curso en lugar de garantizar servicios públicos para una vida digna para todas las personas».
«En estos momentos en los que todo el mundo habla de la terrible crisis que se avecina, cuando se nos está diciendo que va a bajar la recaudación fiscal un 20%, cuando se está apostando por relocalizar la producción y reducir la movilidad, no podemos seguir como si no estuviera pasando nada», sostienen en el manifiesto.
Por ello, las organizaciones firmantes del texto solicitan «la paralización inmediata de las obras del TAV y la desestimación de los nuevos proyectos» y proponen «la mejora y mantenimiento de los trazados actuales para lograr un tren social que una pueblos, ciudades y zonas industriales».
En este sentido, reclaman que «toda la inversión económica para el TAV sea destinada a cuestiones de urgencia y prioritarias como un sistema de salud público con personal y recursos suficientes, el cuidado de calidad de las personas mayores, de las dependientes y de quienes las cuidan, unas pensiones justas, unos ingresos básicos para todas las personas, una educación pública de calidad, el fomento del euskera, una apuesta por la soberanía alimentaria o unos servicios sociales de calidad».