En Pamplona hay rincones que no solo venden producto, sino que cuentan historias. Historias de barrio, de artesanía, de madrugadas entre hornos encendidos y de manos que trabajan con un cuidado que no se improvisa. El K’FECICO es uno de esos lugares. Una cafetería donde cada detalle importa, donde la masa respira y crece como si tuviera vida propia y donde el pan y la repostería se elaboran con el respeto que exige lo auténtico.
Con la llegada de diciembre, el local adquiere un ritmo especial. Se respira anticipación, dulce y cálida. Es la campaña más intensa del año: los roscos de Navidad y Reyes, una tradición que en El K’FECICO no se toma a la ligera. Aquí no se trata de un producto más en la vitrina, sino de una pieza elaborada con masa madre, fermentaciones pausadas y rellenos que hablan del oficio: nata montada en el propio obrador o crema pastelera hecha desde cero, como se ha hecho toda la vida.
El equipo del K’FECICO lo tiene claro: un roscón no es simplemente un dulce. Es parte de la memoria familiar, de las sobremesas de invierno, de la ilusión infantil del Día de Reyes. Y por eso se preparan para afrontar una demanda creciente sin renunciar a lo que les define: la calidad, la honestidad y el respeto por el producto.
Una tradición que empieza mucho antes del 6 de enero
La elaboración de los roscos comienza semanas antes de que los primeros clientes llamen a la puerta preguntando por reservas. Todo arranca en un cuenco: harina seleccionada, agua, tiempo y paciencia. La masa madre del K’FECICO es un organismo vivo que se alimenta cada día, que crece y se fortalece, y que da a sus roscos esa textura esponjosa y ese aroma inconfundible que no se puede imitar.
Desde el obrador explican que el proceso es minucioso y lento. Nada se acelera: los levados son naturales, las fermentaciones se respetan, y cada pieza se forma a mano. No hay atajos. Lo que hoy parece extraordinario —que un roscón se haga como se hacía antiguamente— aquí es lo normal.
A medida que se acerca la Navidad, el ritmo se intensifica.
Se producen roscos de dos tamaños para adaptarse a todas las mesas:
● Mediano (6 raciones)
● Grande (12 raciones)
No hay tamaños improvisados, no hay producciones masivas. Cada uno está calculado para mantener proporción, sabor y calidad.
Nata o crema: el sabor de lo bien hecho
El relleno es parte esencial del roscón, y en El K’FECICO lo cuidan como un tesoro. La nata se monta a diario, en tandas pequeñas, para garantizar firmeza, textura y sabor estable. Es nata de verdad, no versiones estabilizadas o industriales.
La crema pastelera, por su parte, se cocina con la misma filosofía: leche, yemas, azúcar, vainilla y tiempo al fuego. Ese aroma que llena el obrador cuando la crema espesa es una señal inequívoca de que se está haciendo algo bien. Quien prueba el roscón de crema lo sabe: es suave, equilibrado y con ese punto casero que no se puede reproducir a escala industrial.
La mayoría de los clientes lo tienen claro: o nata o crema. Pero muchos no se resisten a pedir uno de cada para la mesa del 6 de enero. Y es que cada año, cuando los roscos se empiezan a asomar por el mostrador, la sensación es la de estar recuperando un trocito de infancia.
Encargos: orden, calma y mucho cariño
La demanda crece año tras año, y por eso El K’FECICO recomienda organizar bien los encargos.
Este año, el sistema es claro y sencillo:
✔ Encargos hasta el 31 de diciembre
Es la fecha límite para asegurarse un roscón. Después de ese día, dependerá estrictamente de disponibilidad.
✔ Las reservas se hacen exclusivamente por WhatsApp
WhatsApp: 641 31 31 12 No se atienden pedidos por teléfono convencional, porque interfiere con el ritmo de trabajo en el obrador. Por WhatsApp es más ordenado, más ágil y permite dejar constancia escrita de cada pedido para evitar errores. ✔ También se puede reservar pasando por el local Quien prefiera trato directo, puede acudir al K’FECICO y dejar su encargo en persona.
Pero siempre siguiendo un orden y registrándolo por escrito, igual que en WhatsApp.
✔ No se aceptan reservas por llamada telefónica
Por claridad, organización y porque durante estas semanas el obrador funciona sin pausas.
La campaña navideña es intensa, pero el equipo mantiene siempre el mismo mensaje: prefieren hacer menos y que todo salga perfecto, antes que abarcar más y comprometer la calidad.
Día de recogida: el 5 de enero hasta las 14:00 horas
Ese día el obrador se convierte en un pequeño festival de cajas, bolsas, aroma dulce y clientes emocionados. Muchos ya lo tienen como tradición: entrar, saludar, recoger su roscón y marcharse pensando en el momento de partirlo con su familia.
Las recogidas se podrán realizar el 5 de enero hasta las 14:00 horas. No habrá ampliación de horario porque después continuará el trabajo interno del obrador.
Y, como cada año, se respetará el orden de pedidos para que todo el mundo pueda llevarse su roscón con tranquilidad. No es un simple día de ventas; es una ceremonia de cierre de temporada para El K’FECICO. “Si el roscón ha quedado como queremos, sabemos que la gente lo va a disfrutar. Ese es nuestro objetivo”, dicen desde el obrador.
Un obrador que habla de Pamplona, del barrio y de la dedicación
Hablar de El K’FECICO es hablar de un proyecto que se ha hecho con cariño. Aquí no se improvisa. Panes, bollería, tartas, rosquillas, hojaldres… Todo lo que sale del horno tiene detrás un proceso artesanal, sin prisas, sin trucos, sin aditivos innecesarios.
El obrador se ha convertido, además, en parte de la vida del barrio. Hay quien entra solo a saludar, quien pregunta cómo van las masas, quien cuenta que el pan del día anterior le duró tierno hasta el siguiente desayuno. Es una relación cercana, humana y recíproca.
Por eso, cuando llegan los roscos, el ambiente en la tienda cambia. Se nota en los clientes, en las conversaciones y hasta en la energía del equipo. Es el producto estrella del año. Un símbolo, un emblema, un puente entre tradición y presente.
La importancia de lo hecho a mano
En un momento en que la producción masiva domina el mercado, El K’FECICO mantiene un compromiso raro: producir cada pieza manualmente. Eso significa que detrás de cada roscón hay manos que amasan, que boletean, que decoran y que hornean vigilando cada minuto.
La masa madre aporta sabor, sí, pero también salud digestiva, textura y una personalidad única. No hay dos roscos exactamente iguales, y eso es parte de la magia. Cada uno es una pieza artesanal, una obra irrepetible.
Isabel, una clienta habitual, lo dice cada año: “El roscón del K’FECICO sabe a lo que deberían saber todos los roscones”. Y quienes lo prueban suelen repetir.
Un roscón para compartir, para celebrar y para recordar
En muchas familias pamplonesas, el desayuno del 6 de enero tiene un rasgo común: una caja de El K’FECICO esperando sobre la mesa. Algunos repiten cada año desde que abrió el obrador; otros lo descubrieron recientemente y ya no quieren otro.
La elección entre rosco mediano (6 raciones) o grande (12 raciones) depende de la mesa. Pero lo que no cambia es la sensación de que se trata de un producto cuidado al milímetro.
Hay quien lo toma con chocolate caliente, quien prefiere café recién hecho, quien lo parte al mediodía o quien espera a la merienda de Reyes. Cada cual tiene su ritual. Y El K’FECICO forma parte de todos ellos.
El valor de lo local
Lo que hace especial a este obrador no es solo su producto, sino su filosofía. En un mundo donde la rapidez parece imponerse, ellos apuestan por lo contrario: lo artesanal, lo lento, lo auténtico.
Durante la campaña navideña, esa filosofía se vuelve más evidente que nunca. Los hornos funcionan desde muy temprano, los ingredientes se seleccionan con mimo y cada roscón se revisa antes de salir por la puerta.
Ese es su sello. Ese es su valor. Y eso es lo que ha convertido al K’FECICO en una referencia imprescindible para quienes buscan un roscón “de verdad”.
DATOS DE CONTACTO Y HORARIO El K’FECICO
Calle Diego Salva Lezaun, 8, 31016 Pamplona, Navarra.
Reservas solo por WhatsApp: 641 31 31 12
No se aceptan reservas por llamada telefónica
Encargos hasta el 31 de diciembre
Tamaños: 6 raciones (mediano) y 12 raciones (grande)
Recogida el 5 de enero hasta las 14:00 h
Horario habitual:
De martes a sábado: de 8:00–14:00 y de 17.00 a 21.00 horas (Lunes cerrado)
Domingos: de 8.00 a 14.00 horas






